Tan lejos...
Nada me toca, nada me roza siquiera, es apenas leer las noticias de algo que me enternece, cual niños muriendo de hambre en algún país en guerra; me preocupa, a veces me quita el hambre, dos tres noches me diluye el sueño, me mueve. Sin tocarme.
Sin alcanzarte.
Este dulce dolor de saberme lejos por cuestiones de la continuidad espacio/tiempo, que me obligó a quedarme a 1 metro de tu piel. Por otro lado, es sabio resguardo de el inevitable rechazo que habría de seguirle a tanta delicia.
El destino tiene algo para tí; y no he de ser yo.
Aunque juro que me habría esforzado. Por ser maravilla, por mover, hacer luz, producir color y aromas. Ser deleite.
Sólo por tí.
Vivo, lloro, muero todo en silencio
el eco de un silencio que habla de tí
