Si, señoras y señores, el punto decadente que le faltaba a mi lista; ya puedo morir una degenerada realizada.
Después de una sorpresivamente tranquila pasantía en mi curso de inducción al servicio, y perder el tiempo en una alberca de aguas termales mientras nos caía el cielo helado sobre nuestras cabezas, llegué a Guadalajara descansada, de buenas, y con una gripa del jaracou.
Me registré en el usual hotelito blocks away de todo lo que necesito en esta ciudad y me dispuse a disfrutar de la comodidad de la soledad e impersonalidad de un cuarto de hotel con los básicos: Cable, internet inalámbrico y un bastante accesible servibar con gansitos, cerveza indio y papas.
Pero Annie, Andres, y la cerveza de 10 pesos tenían otros planes para mí. Primeramente, un bar de esos tan clásicos en la tierra del pulque, micheladas, botanas, equipales, y música variando del reaggeton a savage garden, pasando por madonna y lenny kravitz… Bueno, había cerveza y anna y yo podíamos hablar de todo lo sucedido en nuestras ausencias mutuas mientras yo podía admirar a Andrés a distancia a mis anchas.
Pero después de la 4ta cerveza, la novia de uno de los acompañantes, la clásica nena novia de un gañan, se mostró interesada en conocer un bule, ya que la plática había terminado en un lugar en particular, Ramsés, mejor conocido como el triángulo del amor. Y el clásico amiguito moreno que todos tenemos, el que se cree el simpático y ligador, usó como es usual al galancete de Frank pa convencernos en embarcarnos en nuestra travesía.
Así terminamos metidas con el pretexto del cumpleaños de Anna en un Bule como de película; si Mullholland Drive hubiese tenido una escena en un bule, habría sido en este; legal.
Tenemos tus dos palmeras de plástico con foquitos amarillos hasta las puntas de sus hojitas, la iluminación en neón morado y azul y los cadeneros panzones que seguramente en otro guion la hacen de mariachis. Las paredes decoradas con alguna especie de cartón similar al papel piedra laqueado y con dibujitos egipcios y parading around en tanga estaban la enfermera, la vaquerita, la colegiala, y en las palabras exactas de Frank, la señora de la limpieza. Supongo que la idea era una maidmoiselle francesa pero la cara de india tahualila, la lonja morenaza y el plumero no le ayudaron a dar el look adecuado. La mesa de los albañiles encachuchados gastándose seguramente el dinero que mañana les reclamarán para comprar las monografías que necesitan los chamacos para escribir su trabajo del 16 de septiembre y un gordito en chamarrita chafona de cuero, sentado solo, con una botella de don julio y sentadito junto a la pista aplaudiendo fervorosamente al final de cada ejecución y rockeando al ritmo de las rolas electrónicas baratas que las acompañaban.
Los performance fueron relativamente variados, ya sabes, un poco de embarradero entre el pole numero uno y el numero dos, y luego terminada la canción del punchis punchis, inicia una canción levemente rockera y romanticona y con cierto toque de imaginación y pericia montadas en esos lucite heles de 40 centímetros la ropa va pa fuera. End of song, cue to leave. Aplausos generalizados un par de gritos de los albañiles, el gordito parece que va a tener un ataque, la mesera truckdriver lesbian se le acerca para verificar que no muera de la emoción sin pagar, seguido de ofertarle los tickets par sexis (yes con i) que estaban al 2x1y se repite el ciclo. Next: la enfermerita.
Anna se esta orinando así que hay que hacer una parada técnica en los baños de mujeres que gracias a dios nos informan que sí existen, y hacia allá nos dirigimos, en el camino tenemos un leve contratiempo por aquello de que nos equivocamos de puerta y nos hallamos con los privados. Tristemente no llevábamos cámara. Y no, no había nadie adentro, solo hubiese sido una buena foto de recuerdo.
El baño de mujeres resultó más bien como el baño de las chicas bailarinas, obvio, sucio, inservible, pero bueno, cumplió su cometido momentáneo.
De vuelta en la mesa, se nos explicó la técnica del mareo de la bastante cara cerveza que además ya estaba tibia, pero bueno… On with the evening. Siguieron los performance y fueron subiendo en nivel de complejidad, con una que otra maroma y demostración de la fuerza de las piernas de la señorita colegiala numero 2.
¿El único pero? Definitivamente no quería asociar a Enrique Búnbury e Infinito con estar viendo a una vieja absolutamente desnuda resbalar de cabeza por un tubo de bombero.
But Im a glutton for tackiness.
Y de regreso vimos a unas pirus con un cholito en una esquina. Y las 6 cervezas que traía encima después de más de un mes de no beber me permitieron exclamar a grito pelón para entretenimiento de Anna y Andrés
“¡Mirá que se la está jalando!”
Exit music for a film.
End of scene
Credits roll on.
End of scene
Credits roll on.
STK: New Born - Muse (HAARP)
Watching the flash backs intertwine
Memories I will never find...
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