No hay muchas maneras ni muy poéticos medios para expresar la ira. Además dicen por ahi que es en los momentos de enojo en el que una persona muestra sus debilidades. Así que nos hemos quedado en silencio. Pero eso no los salva de este odio que hierve; esta tristeza de animal herido que se aparta para lamer sus heridas, pero que sin embargo al primer acercamiento mordería hasta encontrar el sabor de la tierra mezclado con el de su sangre.
Pero después de la ira, viene el coraje, seguido de la tristeza, que va mutando poco a poco a alguna especie de melancolía que termina convirtiendose en un suspiro vacío, todo esto acompañado de un río de lágrimas que durará unos días, pero tarde o temprano, se seca.
Estoy seca.
La reflexión me lleva a comprender que al final, no habrá importancia en todo lo que diga y sienta; de esa indiferencia nacen mis heridas, ¿Qué me hace creer que les importará cuando los muerda?
Sólo me queda desearles lo peor que puedo concebir.
Que algún dia, alguien que quieran tanto como yo los quise, los lastime como ustedes a mí.
Friday, May 11, 2007
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